P: ¿Podría hablarnos de Buddha? ¿Cual es la mejor manera de relacionarnos con el Buddha?
R: En su biografía, el Buddha Shakyamuni nació como un príncipe. Al nacer hubo un brahmán que hizo una profecía: este niño se convertirá en un gran gran rey o se convertirá por completo en un ser iluminado si eligiera el camino de un yogui o un practicante.
Pero el rey, su padre, amaba demasiado a su hijo y no quería que su hijo abandonara el reino. Tenía mucho miedo y el rey estaba paranoico. Entonces, lo que hizo el rey para distraer la mente del príncipe y hacer que no abandonara el reino fue rodearlo completamente de perfección.
Así que el Buddha Shakyamuni se convirtió en un príncipe muy querido por su padre, y muy cuidado, protegido y servido tanto por su padre como su asistente. El problema es que cuando amas tanto a alguien y creas algún tipo de burbuja para esa persona, ya sea un Buddha, un príncipe o simplemente tu hijo o hija, luego te conviertes en una persona que no para de crear burbujas neuróticas y dejar con ellas a tus seres queridos fuera de contacto con la realidad.
Un día, el príncipe salió de gira por su propio reino y vio la realidad de las personas envejeciendo, las personas enfermas, las personas muriendo y todos los distintos tipos de sufrimiento. Cuando vio toda la realidad del sufrimiento, finalmente tuvo la comprensión de que toda su vida hasta el momento era una burbuja, que era una ilusión que se creó a su alrededor para que no escapara del reino.
En nuestro escenario, como practicantes, no tenemos un reino, no tenemos un padre que es rey, no tenemos ese estilo de vida perfecto, de príncipe azul y princesa rosa, etc. Pero al mismo tiempo podemos encontrar todo esto en nosotros mismos. Nosotros mismos somos el rey que nos está bloqueando para despertarnos y ver el significado de la realidad. Y como seres e individuos, también somos el mismo Buddha. Tenemos una naturaleza mental y necesitamos tener un sentido del reconocimiento, aunque eso viene después.
Incluso si no tenemos un reino propio, nuestra ilusión es nuestro reino. Nuestra ilusión crea esa burbuja con la que estamos negando cualquier aceptación a la realidad. Y luego seguimos fingiendo. Fingimos con títulos religiosos, ideas religiosas, estatus social, etc. Lo ponemos en práctica a muchos niveles y luego fingimos.
Cuando finges pierdes el contacto con el Buddha. Cuando no finges, es el primer paso para relacionarte con el camino del Buddha Shakyamuni o de cualquier otro Buddha. Porque cuando no finges, solo hay una dirección en la que miras, y esa es la realidad del sufrimiento, la realidad de tu propia ignorancia, la realidad de toda la ilusión y proyección de nuestro propio estado de ánimo.
Una vez que veas eso solo hay una salida en forma de reacción en cadena: aceptarlo de manera genuina y admitir que has estado viviendo en una burbuja, y reconocer que necesitas explotar esa burbuja y vivir y practicar de manera natural, sin una mentalidad de adoración ni ideas supersticiosas, ni títulos ni jerarquía, simplemente siendo genuinos con nosotros mismos y reconociendo la propia naturaleza de nuestra mente.
Una vez que reconocemos la naturaleza de la mente, entonces, por supuesto que surge la auténtica amabilidad y compasión de forma natural. Pero antes de ello necesitamos practicar la compasión. Luego, cuando tengamos la sensación de reconocer auténticamente nuestro propio estado mental, entonces la fuerza natural de la compasión genuina surgirá y se aplicará por sí misma.
Con amor y respeto de Kalu Rinpoche
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19 de Abril 2020
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