La gente tiende a pensar que puede ir simplemente frente a una estatua de Buda, hacer una oración y recibir la Bodhichitta. Esa no es la realidad de la Bodhichitta. Bodhichitta es, literalmente, querer transferir tu felicidad o tu paz interior a los demás seres sintientes, y aceptar a cambio su sufrimiento sobre ti mismo. Incluso si no puedes llegar a tanto, es necesario tener esa intención en tu corazón. Eso es Bodhichitta. La gente piensa que tener Bodhichitta es como intentar seguir todo lo que se dice en los textos; intentar ser perfecto. La Bodhichitta no trata de ser perfecto. Bodhichitta trata de ser individuos con fuerza, coraje y continuidad. Eso define la realidad de la Bodhichitta. Todo se reduce a la calidad del practicante. Si no tiene ciertas cualidades, ni podrá expresarse ni tendrá el valor de beneficiar a la gente común. No tendrás ni el coraje ni la inspiración.
A medida que continúes con el viaje, lograrás algunas realizaciones de manera natural, y luego podrás beneficiar a los demás. Algunas personas que he conocido me dicen: “Ah, Rinpoche. Practiqué esto, y practiqué aquello, y ahora, realmente, realmente quiero ayudar a los demás“. Cuando tienes prisa por ayudar a otras personas, no funciona. Simplemente continúa con tu propia práctica y el beneficio se desarrollará naturalmente sin que tengas que forzar nada de tu parte. En el momento en que tienes que usar la fuerza y esforzarte para beneficiar a los demás, vas en la dirección opuesta a la Bodhichitta. No realizando suficientemente la verdad y, al mismo tiempo, estás metiendo la cabeza en la arena. Cuando realizas la verdad con la naturaleza de la mente, con compasión y honestidad, beneficiar a los seres sintientes será tu reacción natural en cualquier circunstancia que te encuentres. Ésta es la forma práctica de explicar la Bodhichitta.
De mi primer libro “Soy un budista perdido y encontrado”
Amor y respeto de tu Kalu Rinpoche
Enero de 2021
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